La Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac) postula a las tiendas de materiales como agentes de la rehabilitación: una nueva figura que recoge el Real Decreto por el que se regulan los programas de ayuda en materia de rehabilitación residencial y vivienda social del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Asimismo, Andimac aboga por un marco común de transposición para eliminar barreras en el acceso de las comunidades autónomas a los fondos, que podría conseguirse gracias a la cogobernanza entre el Gobierno y las autonomías, lo que también facilitaría la llegada de estas ayudas a comunidades de vecinos y particulares.

Un planteamiento que realiza después de que la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, haya hecho un llamamiento en el Congreso a los ayuntamientos y comunidades autónomas para adoptar «las medidas necesarias» en su normativa para asegurar que los programas de rehabilitación de viviendas y edificios «alcancen sus objetivos deseados».

Licencias municipales y tramitación de ayudas

La patronal considera que el principal reto es que la Administración, en sus diferentes niveles, sea capaz de diseñar un proceso ágil para aligerar la concesión de licencias municipales o los propios procesos de tramitación de las ayudas.

En opinión de Andimac, los cuellos de botella sólo pueden evitarse bajo un modelo único y excepcional, es decir, ligado a la duración de los fondos, que permita vía declaración responsable la puesta en marcha de los proyectos. Y añade que este modelo debe aliviar la carga a los departamentos municipales de urbanismo y ser garantía para los técnicos que firman las obras.

La patronal defiende que el papel de las tiendas de materiales de construcción puede ser determinante para aprovechar al máximo los 5.520 millones de euros de inversión prevista en los programas de ayuda en materia de rehabilitación residencial y vivienda social del Plan de Recuperación, sobre todo debido a que constituyen puntos de venta no masificados y cercanos a los ciudadanos, lo que mejora el acceso a la información y aumenta la eficacia de las ayudas.

Andimac sostiene que estos agentes deben comenzar a operar en cuanto se regule su figura en la transposición del Real Decreto que las comunidades tienen que realizar en las próximas semanas y entiende que el mecanismo de regulación queda sujeto a los criterios de cada autonomía.

Dinamizar el mercado

Andimac respalda que este segmento profesional dispone de miles de profesionales cualificados y puntos personalizados de atención a la ciudadanía, lo que ayudaría al éxito de los programas, como ya sucedió en Alemania.

En cuanto a sus funciones, afirma que pueden contribuir a dinamizar el mercado y facilitar los procesos a particulares y comunidades de propietarios. Asimismo, gestionarán debidamente los trámites administrativos y técnicos que requiere cada proyecto con alianzas con colectivos profesionales especializados.

La patronal asegura que, si la figura queda bien articulada a nivel autonómico, impulsará el mercado de forma significativa. Sin embargo, añade que para que funcione, otros muchos factores deben estar debidamente alineados, desde el problema de la tramitación de visados a nivel local a los posibles trámites administrativos excesivamente complejos.

Andimac advierte de que si los diversos niveles de gestión administrativa no se adaptan para la gestión de esta oportunidad, España perderá la posibilidad de transformar un sector hacia una actividad de mayor valor añadido, asociada a empleo directo y, además, la mejora y modernización de un parque de viviendas obsoleto que es un gran depredador de energía.

Según el secretario general de Andimac, Sebastián Molinero, “a la hora de implementar los fondos europeos, el foco debe ponerse en el usuario final. Debe ser el único protagonista y beneficiario y todos, administraciones y agentes, nos debemos a él. Las tiendas de materiales de construcción pueden ayudar a articular las medidas de manera efectiva y sostenible, siguiendo las directrices marcadas por las autoridades comunitarias. La generación de un mercado requiere del diseño de un ecosistema que ayude a que la demanda final decida invertir sus recursos, que siempre son limitados, en un determinado bien de consumo. Y la rehabilitación no es una actividad desde la perspectiva de la demanda, sino un producto que compite en relación coste/beneficio con otros que los usuarios tienen que “comprar”.